Hace cierto tiempo confié.
Era alguien que me parecía especial, tenía una personalidad extraña y decía quererme a pesar de saberme horrible.
Aguantaba mis enojos calmándolos con una simple frase:
"Me gusta que seas enojón."
Pero al irse cayendo los días, me olvidaba, se fastidiaba, comenzaba yo a ser un incordio como siempre me ha pasado. Nos separábamos por temporadas pero siempre regresábamos a ser felices por aunque fuesen unas horas.
Un día de esos que no esperas me olvidó completamente, no hice nada, más bien me dispuse a acostumbrarme hasta que regresó pidiéndome perdón, yo estaba muy dolido y di respuesta negativa, aun así me aseguró que me estaría esperando todo el tiempo del mundo, siempre con los brazos abiertos.
Y entonces "todo el tiempo del mundo" llegó, le hablé, cruzamos un par de palabras y no me volvió a contestar, incluso llegó el famoso bloqueo, ya van así casi muchos meses y creo que ya es causa perdida.
A veces recuerdo como éramos, como nos reíamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario